Es difícil hacer que dos personas que no quieren cooperar entre sí se coordinen respecto a una labor como lo es el trabajo en equipo.
Esto no sería problema si no fueran interdependientes, pero en los negocios actuales es una necesidad, sobre todo por los inmensos bloques de información necesarios para sobresalir en un mercado mundial cada vez más competido.
Entonces ¿qué podemos hacer?
No se puede forzar a las personas a agradarse. Lo que sí es posible, y lo hemos experimentado en decenas de equipos acompañando a sus líderes, es crear las condiciones necesarias para:
- Reconocer las virtudes de los demás.
- Fomentar la compasión entre los miembros del equipo.
- Aprender mediante un diálogo constructivo.
Según un estudio de la Universidad de Michigan con más de 900 organizaciones, el líder que construye los fundamentos mencionados, repercute en una mejora del 31% en el desempeño global de los equipos.
Caso real de problemática de trabajo en equipo …
Esto me recuerda una situación que vivimos con el departamento de Finanzas de una prestigiosa Universidad en Guanajuato, México.
Elizabeth, la directora pidió verme, organizamos una reunión y al llegar a la cafetería me dijo:
“¡No sé qué hacer! Tengo dos personas en mi equipo con mucha capacidad, pero NUNCA COOPERAN, es imposible que compartan información y esto retrasa nuestros trabajos.
Además la gente lo nota y se están haciendo dos clanes distintos que en lugar de ayudarse, compiten entre sí. Es muy tenso y creo que esto no terminará bien”.
Yo le pregunté si ella creía que en el pasado se habían faltado gravemente al respeto de tal manera que alguno o ambos se sintieran ofendidos. Ella me dijo que desconocía cualquier evento desagradable del pasado.
Entrevisté a cada uno por separado explicándoles la situación que veía Elizabeth.
Que nuestra intención era que pronto las dos personas se reunieran para compartir puntos de vista acerca de cómo pueden ayudarse mutuamente a mejorar su trabajo y el ambiente en el equipo.
Pero desde mi punto de vista, antes necesitábamos detectar si había un resentimiento fuerte en el pasado que solo podría ser arreglado con una disculpa y perdón genuino.
Desde mi interpretación, es que no había ningún reclamo importante por falta de respeto entre ellos.
No sentí rencor, más bien había algo de desagrado con la manera de trabajar del otro que desde su punto de vista era inadecuada.
Platiqué con cada uno, después los 3 compartimos, en un ambiente de profunda escucha y apertura los puntos de vista del otro para ayudarse mutuamente a mejorar el trabajo y el ambiente laboral.
Ambos quedaron de extender con sus propios colaboradores los acuerdos a los que llegaron y programaron con Elizabeth una reunión dos días después para compartir conclusiones.
Solución para promover el trabajo en equipo…
Fue entonces que le sugería a Elizabeth tener una reunión con todo el equipo de trabajo extendido que ella dirigía e involucraba a las dos áreas, para tener una dinámica de integración usando la dinámica del diálogo con el ausente.
Fomentando el reconocimiento de cualidades de los demás, sugerir mejoras para unir al equipo, en un ambiente de amabilidad y cuidado de la integridad del equipo.
El resultado fue genial, terminamos entre abrazos y sonrisas, acordando una fecha para una próxima reunión de grupo donde juntos evaluarían que tanto habían avanzado en dos aspectos:
- Poder hablar de los errores sin temor a ser criticado o reprendido por el otro.
- Qué tanto eran ejemplo de colaboración y trato compasivo con sus compañeros.
Aunque siguieron los roces, ahora tenían un método que les permitía hablar sobre ellos, y establecer juntos un mecanismo de solución.
En mi experiencia si se permiten este tipo de conversaciones poco a poco se convierten en equipos muy poderosos.
Donde TODOS COOPERAN y se enfocan más en las soluciones que en la búsqueda de culpables.
Crear un ambiente donde mediante un diálogo constructivo puedan reconocer las virtudes de los demás y fomentar la compasión, en gran medida una tarea del líder.
Debe provocar diálogos constructivos, permitir que se hable de los errores sin criticar o reprender, provocando la reflexión para que juntos diseñen soluciones hacia el futuro.
Pero sobre todo, reforzando positivamente cada vez que distinga que alguien en su equipo tiene este tipo de comportamiento.
Y bueno, también de vez en cuando, reuniones del equipo de trabajo para compartir, cualquier pretexto es bueno para disfrutar y reír juntos.